Somos una familia fundada por Santa Teresa de Jesús, en el siglo XVI. Teresa después de fundar las monjas en 1562, contando con San Juan de la cruz funda los frailes carmelitas en 1568. Las monjas carmelitas están presentes en Argentina desde 1628; los frailes desde 1899.
La espiritualidad irradiada por Teresa de Jesús contempla la íntima relación entre vida interior y el servicio apostólico en el contexto de la vida contemplativa. Reafirma el valor apostólico y eclesial de la vida interior: la contemplación conduce naturalmente a la acción.
Nace de una vieja tradición medieval encarnada en la Orden del Carmen donde Teresa y Juan iniciaron su vida religiosa. Asumieron sus mejores esencias pero enriquecieron notablemente ese patrimonio espiritual con su propio carisma, infundiéndole savia nueva. Siendo mucho más lo que aportan que lo que heredan.
El fin primordial y principal de los Carmelitas como expresa nuestra Regla es Vivir en obsequio de Jesucristo día y noche. Desde sus inicios en el siglo XI los carmelitas miraron a María como especial modelo de su vida. A Ella se consagraron y se consideraron especialmente favorecidos por María, significado en el Escapulario o hábito de la Virgen como dice Teresa de Jesús. La Santa fundadora considera a María «madre, Señora, patrona»; por eso interesa mucho «parecernos a ella”, es decir, junto a la configuración con Jesucristo se necesita la configuración con María.
La oración, el tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama, en palabras de Teresa de Jesús es nuestro gran objetivo y fin. Y desde aquí irradiamos nuestro carisma a la Iglesia con centros de Espiritualidad (casas de retiro, de espiritualidad, desiertos…). Y ayudamos a las diversas Iglesias locales de todo el mundo, desde las parroquias que atendemos pastoralmente, tanto en ciudades como en tierras de misión.